Todos los días aparecen nuevas dietas.
En revistas, en libros, en programas de TV.

Te bombardean. Y te programan, a nivel cerebral, para que creas cosas que NO son reales.

Como, por ejemplo, que las comidas que más te gustan son «tus enemigas». Si no lo son, por qué te «obligan» en las dietas a privarte de ellas para adelgazar?

O que la mayoría adelgaza con estas dietas (falso también, como ya verás ahora).

A continuación voy a compartir contigo algunos errores de las dietas para adelgazar, de acuerdo a mi experiencia «conmigo misma» y también con más de 2000 personas que siguieron nuestro método «anti-dieta» para adelgazar definitivamente.

DIETAS para adelgazar: qué funciona y qué no?

En realidad, el principal problema de las dietas para adelgazar es que, muchas veces, como con tu pareja: NO te entienden.

No entienden cómo funciona tu cerebro, tu metabolismo y tu cuerpo integral (mente-materia y espíritu).

Por eso, la mayoría ni siquiera baja de peso cuando la siguen!

Y terminan frustrados y pensando que tienen un «problema de fuerza de voluntad».

NO es cierto! No les creas ni bajes tu autoestima por su culpa!

Sabías que, de las pocas personas que bajan con las dietas, el 96% de ellos (es decir, casi TODOS), al cabo de 6 meses, o engordan al mismo peso que tenían antes de empezar o incluso engordan más!

Dicho de otro modo: hoy haces dieta y sacrificio para adelgazar. Y luego vas a engordar lo mismo o más en 6 meses.

No tiene sentido sacrificarse para nada, no?

Qué hacen realmente en TU cuerpo las dietas para adelgazar?

Te hacen tener más ganas de comer lo prohibido: es un hecho. No haría falta citar ningún estudio, porque cualquiera que haya hecho dietas para adelgazar lo sabe. Te dan ganas de comerte TODO (y un poco más también). Igualmente, puedes consultar un estudio de la Universidad de Toronto sobre cómo privarte de determinadas comidas que te gustan por un lapso mayor a 3 días ABRE una puerta al apetito voraz que, eventualmente, te hace engordar lo que bajaste.

Te generan ansiedad, estrés y frustración: sabías que a nivel mental, las dietas para adelgazar te someten a una gran presión? Míralo de esta forma.

  • le dices a todo el mundo que estás a dieta (te pone una gran presión social, porque tu suegra está esperando a ver si adelgazas o no para decírtelo, igual que tu pareja si no te ayuda);
  • tu mente también te presiona, porque «está esperando» a ver si esta vez será una vez más donde «no logras bajar un gramo» porque te falta «fuerza de voluntad» o eres «inconstante» o no puedes con tu «apetito voraz». Lo que sea que sueles escuchar en tu mente cuando empiezas una dieta.
  •  y como te pasa lo que al 96% de los que hacen dietas para adelgazar, primero te sacrificas mucho, y cuando no bajas lo que querías, o «rompes» (como naturalmente le pasa a todo el mundo) con alguna de las «reglas» de esa dieta que seguías, te pones mal contigo y te angustias.

Eventualmente, tu cerebro dice que no vale la pena tanto esfuerzo, que no «tienes lo que hace falta» y te resignas. Y sabes cómo terminas?

Comiendo más para satisfacer la frustración emocional que sientes!

Piénsalo unos minutos y dime si no es así!

No te permiten bajar a largo plazo: en el caso extremo que seas del poco porcentaje de gente que sí logra bajar de peso de dieta para adelgazar, qué pasa luego? Puedes seguir viviendo el resto de tu vida a «dieta» para adelgazar y mantenerte?

Nadie (salvo que sea monje budista o carmelita descalza) puede someterse voluntariamente, durante el resto de su vida, a una dieta donde se prive de las cosas que más le gustan comer. De los placeres.

Te enseñaron que la comida es tu enemiga. Que la comida que más te gusta, la que más placer te da en tu boca, es aquella que termina en tus nalgas, en tus «flotadores», brazos, muslos y en tu cara y papada.

Y no es cierto! La comida está aquí para que la disfrutes!

 

La solución no es seguir ninguna dieta, si quieres realmente perder peso a largo plazo, sino cambiar tu estilo de vida.

  • Aprender qué crees en tu mente con respecto a la comida.
  • Saber por qué comes de más cuando no deberías comer de más y engordas
  • Ver cómo cambiar estos «programas mentales» en tu cerebro (existen varias técnicas fáciles y sin riesgo, todas a través de juegos mentales)

Y, finalmente, cuando cambias «lo interno, en tu mente», cambias lo externo, en tu cuerpo físico.

Y eres capaz no sólo de adelgazar, sino de mantenerte sin sacrificios.

Y naturalmente, actuando según lo que se supone que hagan tu cuerpo, tu metabolismo, tu mente y el placer de disfrutar de lo que más te gusta en las comidas.

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PARATI

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