Hola, espero que estés muy bien!

Gracias a todas/os los que hicieron las primera
parte de este ejercicio! Si aún no lo hiciste,
lo encuentras aquí!

Gracias también por los comentarios!

Vamos ahora a la segunda parte: qué pasaría si pudieras
hacer un cambio en tu mente, de tal forma que NO tengas
deseos de comer eso que sabes que NO te hace bien?

Una de las personas que comentó decía: «me gusta comer una picada y
me siento 10 cuando como y 0 sufrimiento. El sufrimiento viene después
cuando no me entra la ropa o me queda mal
»

NOTA de Sofía: la «picada» es una mezcla muy «engordante» de
varios embutidos muy típica de aquí, de Argentina.

Supongamos, entonces, que podemos hacer que tu mente NO quiera
esa picada
. Y que, por lo tanto, tu cuerpo tampoco la necesite. Y que,
por lo tanto, por no comerla, no tengas esas calorías (bastantes) de
más en tu cuerpo. Imagínate que cada una de esas picadas (cuántas
son en un año) YA no te engordan…cuánto menos estarías pesando
hoy? Quizás no sepamos el peso justo, pero sería (seguro) mucho menos!

Lo que tenemos que definir ahora, para hacer la segunda parte de este
ejercicio, es si realmente queremos bajar de peso, tener un peso ideal.
Si estamos dispuestos a hacer lo que hay que hacer. Porque muchas
veces nos engañamos. Decimos que queremos algo, pero en realidad
NO estamos dispuestos a «pagar el precio»
. En el caso de esta persona
que hablaba de «las picadas»: estás dispuesta/o a no querer comer más
picadas? O en realidad es más fuerte el placer de comerla (aunque dure,
en el mejor de los casos, una hora) que el sufrimiento posterior de no
vestirte como quieres? De no sentirte a gusto contigo?

IMPORTANTE: En realidad, con las varias técnicas que enseño en mi método
para bajar de peso, no es que no comes más picadas. Lo que haces es dejar
de sentir ganas de hacerlo. Y por eso dejas de «sufrir» por no comerla.
Con mis técnicas hacemos que tu mente actúe como cuando NO te gusta algo:
no sufres por no comerlo, porque no te interesa.

No hay aquí respuestas correctas. Es tan válido elegir lo uno como lo otro.
Lo que quiero lograr con este ejercicio (que es lo primero que enseño a
quienes siguen mi método) es demostrarnos qué es lo que realmente
queremos.
Y si vamos a dejar que un impulso sea quien decida cómo
vamos a sentirnos en el futuro y qué pasará en nuestro cuerpo y con
nuestra salud.

En conclusión, ya se habrá ido «la máscara» con la que solemos mentirnos:
decimos que queremos estar más delgadas, pero NO hacemos NADA de
acuerdo a esa idea. Sino todo lo contrario. En todo caso, después de hacer
este ejercicio, podrás decir sólo una de estas dos cosas:

. la ropa no me queda y no me siento a gusto conmigo porque YO ELIJO QUE ASÍ SEA

o

. de ahora en adelante voy a cambiar mi mente y con mi cuerpo para sentirme a gusto conmigo y sigo todas las acciones para lograrlo, porque YO ELIJO QUE ASÍ SEA.

En cualquiera de los dos casos, estás siendo libre y coherente y también estás
dispuesta/o a pagar el precio!

Qué eliges? Puedes comentarlo!

Cariños!

Sofía

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