Comer rico, disfrutar de las comidas y aún así adelgazar?
Sí, es posible lo que estás leyendo.
Para muchas personas esto viene a ser un sueño hecho realidad.
Porque les encanta comer (a mí también me gusta comer)…
Pero viven con culpas, porque estas personas están convencidas que la única forma de adelgazar de manera definitiva es «matarse» con la última dieta de moda. Y, sin saberlo, caen en la peor de las trampas.
Por qué hacer dietas para adelgazar es una «trampa» para engordar?
Es simple. Todos los estudios serios demuestran que las dietas para adelgazar pueden lentificar el metabolismo de las personas. Esto significa que alteran tu cuerpo, produciendo justamente en ti lo contrario de lo que buscas con ese plan alimentario.
Dicho de otro modo, haces el GRAN sacrificio de seguir una dieta para adelgazar. Te privas de la comida que más te gusta y ESTO HACE QUE tu metabolismo se ralentice. Y no bajas mucho. Casi nada.
Entonces, cuando ves que tu esfuerzo no da los resultados que buscas, «tiras la toalla» y empiezas a comer lo mismo que antes. Y engordas más!!! (el infame «efecto rebote» que sufren 9 de cada 10 personas que siguen alguna dieta para adelgazar).
Si quieres adelgazar disfrutando de las comidas, sigue el camino seguro:
Por eso, una de las mejores formas de adelgazar es entender cómo funciona tu cuerpo y tu mente. Es mucho más fácil de lo que crees.
Primero: hay que ver qué tipo de creencias TIENES en tu cerebro con respecto a la comida, las dietas, el ejercicio y la gordura.
Estas creencias son como los programas de una computadora. Si tú haces clic en un programa para navegar por Internet, se abre ese programa y no otro.
En tu cerebro pasa lo mismo. Cuando te sientes, por ejemplo, triste, es como un clic en tu mente que te hace comer. O frustrada, o enojada o sola.
Estas creencias te hacen actuar (y comer) de forma automática, descontrolada, sin darte cuenta. O sentir casi fobia con el ejercicio O un deseo irresistible con determinadas comidas.
Y, eventualmente, estas creencias son la verdadera causa que tengas el peso que tienes (sea que te sientas a gusto con él o no).
Segundo: sabiendo qué creencias y hábitos tienes, lo que haces es determinar cuánto te gustaría pesar (tiene que ser un peso posible para tu contextura física, sexo y edad). Y luego, tienes que saber qué tipo de acciones, creencias y hábitos debes tener para conseguir este peso.
Tecero: tienes que reemplazar en tu cerebro estas viejas creencias negativas por las nuevas, las que te servirán para adelgazar. Y así, como quien cambia unas pilas viejas de un control remoto que no andaba bien por unas nuevas que lo hacen funcionar a la perfección, tú haces lo mismo en tu cerebro. Y, como en «piloto automático», adelgazas prácticamente sin esfuerzo.
Puedes buscar terapeutas que te ayuden a seguir estos tres pasos, pero si quieres lograrlo más rápido y sin tener que pagar los miles de dólares que gastarías en estos terapeutas, te aconsejo que sigas el Método Sofía para adelgazar definitivamente, aquí